Mucha gente no sabe que la refrescante y deliciosa grattachecca es un invento romano de principios del siglo pasado, cuando no existían los refrigeradores y se usaban bloques de hielo para conservar los alimentos y a alguien se le ocurrió raspar uno de esos bloques y mezclar el hielo con fruta en un caluroso día de verano.
No hay que confundir la grattachecca con un simple granizado hecho con agua refrigerada en máquina, generalmente de forma artificial con colorantes.
Tampoco con un helado, pero si lo que realmente te apetece es tomar uno realmente bueno, te recomendamos este post con las mejores heladerías de Roma.
Elaboración de la Grattachecca
La grattachecca se sigue elaborando de forma tradicional y manteniendo su esencia, por eso en muy pocos puntos de Roma puedes encontrar los antiguos kioscos donde la elaboran de forma artesana en el momento de pedirla.
Su elaboración es sencilla, con un raspador de hielo se va arañando un gran bloque de hielo puro cuyos delgados y finos trozos forman una nieve que se va acumulando hasta llenar un vaso, después se le añade zumo de fruta o sirope y pedazos de fruta natural cortada en tacos.
Tanto el zumo como las frutas a añadir son a gusto del cliente, que suele mezclar sabores, como el más demandado por los romanos que es el de zumo de limón con trozos de coco, aunque también hay de horchata, cereza, tamarindo, menta, kiwi, fresa y otros deliciosos con frutas tropicales a los que también puedes añadir un poco de nata.
Este mes de junio se celebraron los 100 años del kiosco Alla fonte d’oro, el más antiguo que elabora grattachecca en Roma.
Como no podía ser de otra forma este pequeño kiosco se encuentra en el encantador barrio de Trastevere, justo cruzando el puente Garibaldi a la derecha, no te asustes por las colas, van rápido sirviendo.
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