Al oeste de Roma, muy cerca del castillo de Sant’Angelo y a dos pasos del Trastevere, nos encontraremos con la ciudad del Vaticano, el país más pequeño del mundo que apenas cuenta con 900 habitantes.
Alberga la Santa Sede y en ella vive Francisco, el actual Papa, que aparte de ser el máximo representante de la religión católica, es también el jefe de estado del Vaticano.
El estado nació en 1929 tras la firma del Pacto de Letrán entre el Papa Pio XII y Benito Mussolini. A pesar de su reducido tamaño, el Vaticano cuenta con increíbles complejos arquitectónicos, famosas infraestructuras y colecciones de arte de incalculable valor.
Si lo que quieres es visitarlo, tenemos estas actividades que te van a encantar:
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Antes de nada queremos recomendarte un par de cosas que debes tener atadas antes de viajar a Roma:
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Visitar el Vaticano
El Vaticano tiene un helipuerto particular, estación de ferrocarril, emisora de radio que el propio Marconi instaló en 1929, y hasta equipo de fútbol. El idioma oficial es el latín, aunque se habla comúnmente italiano, y todas tus compras podrás hacerlas en euros.
La Guardia Suiza, característica por su famoso y colorido uniforme, es la encargada de velar por la seguridad del Pontífice en la ciudad del Vaticano tras un acuerdo entre el Papa Sixto IV y la confederación Suiza. Inicialmente eran mercenarios a sueldo pero en 1506 se convirtieron oficialmente en un cuerpo militar donde no es posible acceder a menos que se cumplan una serie de requisitos.
La Guardia está formada por 100 hombres armados con alabardas y estoques y dependiendo del rango pueden portar armas de fuego o incluso granadas de mano. Es indispensable tener la nacionalidad suiza, ser católico y medir al menos 1,74 cm.
Basílica de San Pedro en el Vaticano
El epicentro del Vaticano es la plaza elíptica de San Pedro, el artista Bernini fue el encargado de diseñarla entre 1656 y 1667. Al acceder a ella podemos ver dos pasajes de columnas, concretamente 284, que representan el abrazo de la iglesia y la invitación a entrar.
En el centro se puede ver el obelisco egipcio del Circo de Nerón, se dice que cerca de él fue martirizado y crucificado el apóstol San Pedro.
Justamente la basílica de San Pedro fue construida sobre su tumba, la cual se puede visitar, previa reserva, en el llamado Scavi Tour. Es el mayor templo cristiano jamás construido. Su cúpula, a la que es posible ascender desde su interior, puede verse desde cualquier punto de Roma.
Fue edificada sobre los restos de la antigua basílica constantiniana desde 1506 hasta 1626, fecha en que fue consagrada, y en su construcción participaron grandes artistas como Bramante, Michelangelo Buonarroti, Carlo Maderno o Gian Lorenzo Bernini.
Sería imposible mencionar en una sola entrada todas las maravillas que se pueden encontrar en la basílica de San Pedro, desde su fachada principal hasta el último rincón es reseñable.
Ahora bien, de entre las innumerables obras de arte que encontramos en el templo, la estatua de San Pedro en su trono y La Piedad de Miguel Ángel son sencillamente extraordinarias.
La Pietà de Michelangelo es la única obra firmada por el artista, tardó un año en terminarla y muchos dudaron que Miguel Ángel fuera el autor de tan desgarradora y bella escultura ya que sólo tenía 24 años cuando la finalizó. Al enterarse se enfadó tanto que cogió un cincel y grabó su nombre en el mármol, lo puedes ver en la cinta que cruza el pecho de la Virgen.
Podrás admirar esta obra en el interior de la basílica, en la primera capilla que hay entrando a la derecha del templo.
Ve con tiempo, necesitarás al menos 3 horas para ver y disfrutar la Basílica sin prisas. Ten en cuenta la espera haciendo cola para acceder y suma más minutos al recorrido si tienes pensado subir a la cúpula (altamente recomendado).
La entrada a la basílica es gratuita pero si deseas subir a la cúpula se tiene que pagar, por eso te recomendamos las entradas para la basílica de San Pedro conjunta con la capilla sixtina.
Necrópolis del Vaticano bajo la basílica
En Roma hay sitios poco frecuentados por turistas por ser desconocidos o porque se requiere invitación para poder visitarlos.
Estos lugares, casi secretos, no dejan indiferente al visitante y suelen impactar más que la propia visión que produce la primera vez que se entra en el Coliseo.
Uno de estos lugares es, sin duda, el llamado Scavi Tour, que incluye una visita a las entrañas del Vaticano donde se custodia la tumba de San Pedro.
Si tienes pensado visitar el Vaticano tienes que saber que existe una tarjeta descuento con la que puedes visitarlo, además de la tumba de San Pedro y las basílicas y museos vaticanos. La tarjeta la puedes encontrar en este enlace y se puede comprar online.
Entrar en la necrópolis Vaticano, bajo la Basílica, puede llegar a ser claustrofóbico y no es aconsejable para personas que no soporten estrechos pasillos o tengan problemas de salud que se puedan ver afectados por la temperatura y alta humedad del lugar.
Tampoco se permite la entrada a menores de 15 años y personas con movilidad reducida. Es una de las visitas obligadas si vas a Roma. Aquí te proponemos un recorrido óptimo por la ciudad.
Junto con un guía recorrerás, durante una hora y media, sus estrechos pasillos descubriendo los restos de la antigua iglesia sobre la que está construida la actual Basílica de San Pedro, verás mausoleos y sepulcros y por supuesto la cripta donde están los restos del Apóstol.
Sólo se permite un número reducido de visitantes diario, es por ello que se tienen que solicitar las entradas con tiempo de antelación para conseguir una reserva.
Entradas para el Vaticano, la capilla Sixtina y la Basílica de San Pedro sin colas
Tenemos para nuestros lectores una oferta conjunta para ver el Vaticano, la Basílica de San Pedro y la capilla Sixtina, en el siguiente enlace.
De esta forma puedes comprar las entradas por Internet y así evitar las colas. Es decir, tendrás con descuento tanto las entradas del vaticano como las entradas de la basílica de san pedro.
¡El Vaticano te espera!
Paloma says
Es imposible ir a Roma y no visitar el vaticano.
Al margen de creencias o religiones, la plaza de San Pedro y la Basílica son impresionantes y hay que visitarlas si o sí. Yo no me considero precisamente católica al 100%, pero estar allí te llena de algo indescriptible, tienes que ir para sentirlo. Solo entrar en la plaza te corta la respiración y te hace sentir terriblemente pequeñas, sin palabras.
Una vez dentro de la basílica a mano derecha debéis buscar el grupo más nutrido de turistas, donde se agolpen todos unos encima de otros, justo detrás estará La Piedad de Miguel Ángel.
Es una lástima tener que verla tras un cristal y a unos cinco metros más o menos, aun así es impresionante, la obra más maravillosa que jamás he visto. Una va con un montón de documentación y cree que nada le va a sorprender, pero todo lo contrario, parece mentira que un trozo de piedra pueda representar a la perfección un momento tan trágico y desolador como es la muerte de un hijo en los brazos de su madre, pero si, ahí está la Piedad pese a todo con una mirada dulce y tranquila. Bravo Miguel Ángel.
Como reflexión, diría que llama la atención la opulencia del lugar, teniendo en cuenta que el cristianismo va de rincón en rincón pidiendo ayuda para paliar el hambre en el mundo, pero bueno, no creo que este sea un buen lugar para hablar de injusticias.
Saludos.
Kiel says
Recomendación para visitar el Vaticano
Saludos, muy interesante el artículo aunque me gustaría añadir un pequeño detalle que se os ha escapado y que muchos no conocen.
Debéis tener especial cuidado si visitáis el Vaticano en verano, el buen tiempo invita a pasearse en tirantes y bermudas o minifalda, mucho ojo con la vestimenta puesto que hay que hacer gala de pulcritud y decoro.
No es posible acceder al interior con los hombros al descubierto, tampoco si llevas al aire las piernas por encima de la rodilla o escotes pronunciados, así que recomiendo usar pantalones pirata y camisetas de manga corta, tanto si sois chicas o chicos que sepáis que los tirantes no están permitidos.
En mi última visita fui en tirantes pero con una chaquetita fina guardada en el bolso, en los exteriores sin problema, pero para entrar en las iglesias y recintos me ponía la chaqueta y arreglado.